En pleno siglo XXI es normal que nos abrumen con noticias sobre nuevos avances en el ámbito tecnológico espacial o en la tecnología que acompaña al transporte aéreo, pero estamos seguros de que esta noticia nos ha tomado a todos por sorpresa: después de tantos proyectos iniciados por los países europeos y los Estados Unidos, ha sido el país oriental de China el que ha anunciado un proyecto para desarrollar una nave con motor híbrido que posibilite tanto la navegación aérea como la espacial.

Aunque no lo parezca, es cierto. China ha decidido dar un gran salto en el ámbito del turismo espacial y contribuir a la lista de tecnologías modernas que nos hacen romper barreras más allá de la tierra, todo al mismo tiempo.

Aunque es más conocido el proyecto iniciado hace varios años ya por la compañía británica Virgin Galactic, con su nave VSS Unity, el pasado 10 de agosto fue China quien acaparó la atención al anunciar que se piensa sumar a la competición espacial, otorgando a la compañía «China Aerospace Science and Technology Corporation», contratista principal del programa espacial chino, los recursos necesarios para ganarla.motor híbrido

Quizá sea necesario entender que, cuando hablamos de un «avión espacial», la idea es un avión que funcione como tal durante su primera fase de vuelo, y en la segunda fase desarrolle la velocidad suficiente para alcanzar una inserción orbital estable (superando las capas necesarias para infiltrarse en el espacio).

Muchos expertos aseguran que, para conseguir una nave que sea capaz de todo ello, la clave es la construcción de un motor híbrido espacial que se adapte en función de las necesidades de los pilotos y el entorno en el que se encuentre la nave.

Gracias a esta tecnología, cada vez estaremos más cerca de poder vivir la moda del turismo espacial y poder ver, desde el espacio, nuestro pequeño planeta azul en todo su esplendor.

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